2019 Escuela de Formadores

Lectio Divina

Los participantes registrados de la Escuela para Formadores P. Francisco Jordán están automáticamente inscritos en el retiro espiritual basado en la dinámica de la Lectio Divina. Forma parte de nuestro programa para formadores. Estamos pidiendo todos los demás quienes pudieran tener interés en participar del retiro, de inscribirse. Muchas gracias.

Formulario de inscripción: 9-17 Oct 2019

 

“Lectio divina”: camino espiritual para todos

El retiro espiritual “Lectio divina” realizado por los salvatorianos en el Centro de Formación Espiritual en Cracovia se basa en un método secular de la lectura orante de la Palabra de Dios. Es un modo accesible para todos los creyentes: la gente sencilla y la sabia, los sacerdotes y los laicos. Es un tipo especial de espiritualidad, una manera radical de vivir como cristiano. La “Lectio divina” contempla cuatro partes: lectio (lectura) – meditatio (meditación) – oratio (oración) – contemplatio (contemplación). El camino de la “Lectio divina” seguido con fidelidad y paciencia ayuda a rezar por medio de la Palabra de Dios y profundizarla hasta una entera sumisión a su acción y hasta la unión con Jesucristo, Verbo Encarnado que transforma la vida humana volviéndose a su Señor. La “Lectio divina” es también un camino excepcional para reconocer la vocación existencial: “En efecto, a la luz y con la fuerza de la Palabra de Dios es como puede descubrirse, comprenderse, amarse y seguirse la propia vocación” (Pastores dabo vobis, 47).

 

 

Es una elección fundamental que se exige de una persona que desee seguir el camino de “Lectio divina”: poner la Palabra de Dios en el centro de su propia vida, amarla por encima de todo, escucharla y recibirla con toda su mente, su corazón y su voluntad. Amar y recibir la Palabra impone una actitud firme de ascesis: ofrecer conscientemente su tiempo para escuchar y recibir la Palabra de Dios, salir al desierto con Ella, mantenerse en Ella, guardarla en su corazón y rezar con Ella. La Palabra de Dios así entendida hace que todos los asuntos corrientes se vivan con responsabilidad. La Palabra de Dios puesta en el centro de la vida diaria ordena la cotidianidad limpiándola del caos, de la inquietud y de deseos egoístas. Se hace punto de referencia para reconocer sus elecciones cotidianas. Enseña a procurar la voluntad de Dios y a responderle. Educa para una contemplación en día a día. El retiro espiritual “Lectio divina” trata de preparar para este estilo de vida cotidiana.

 

¿En qué consiste la dinámica del retiro espiritual “Lectio divina?

Los cuatro momentos del día

La dinámica del retiro espiritual “Lectio divina” se basa en cuatro etapas de la lectura orante de la Palabra de Dios: lectio (lectura) – meditatio (meditación) – oratio (oración) – contemplatio (contemplación) que son los cuatro pasos principales de un día de retiro. Mediante una oración individual, así como en un silencio completo, se introduce al participante, día tras día, en el ambiente del encuentro con la Palabra de Dios en el desierto. El participante es preparado e invitado por el responsable del retiro a los cuatro momentos del día:

 

I. Lectio: Lee la Santa Escritura con fe y atención, como si te fuera dictada por el Espíritu Santo. La Palabra de Dios que fue escrita, sigue siendo una Palabra que tiene que ser escuchada y recibida por ti en toda su esencia.

  • Encuentra un lugar que te ayude a tranquilizarte por fuera y por dentro.
  • Lee el texto elegido de la Santa Escritura despacio y en voz baja. Este modo de leer ayuda a participar en la lectura con todo el cuerpo y facilita la memorización.
  • Trata de leer el texto con todo tu ser: toda tu mente, tu corazón y tu voluntad.
  • Intenta encontrar en el texto “la palabra clave” que permite entender el mensaje principal.

 

II. Meditatio: Trata de comprender el texto a fondo. Pregúntate: “¿Qué me dice Dios a mí?”. La meditación consiste en una introducción progresiva en el misterio de la Palabra. Se trata de una concentración de la mente y de la búsqueda de la verdad escondida. Concéntrate en la Palabra y no en ti mismo. La riqueza de la Palabra te ayudará a conocerte y entenderte. Párate para reflexionar sobre un fragmento que haya atraído tu atención. Pégate a una palabra nueva que te sorprenda o que te parezca inquietante. Repítela y reflexiona sobre ella. Guárdala en tu corazón y espera la luz y el entendimiento como María.

  • Empieza a leer en voz baja.
  • Repite la palabra o frase que haya atraído tu atención – ¡sáciate de eso!
  • Intenta aclarar la Escritura por la Escritura, es decir, relaciona una palabra o una frase con otros fragmentos de la Sagrada Escritura que vengan a tu mente.
  • Trata de guardar y mantener en tu corazón las palabras que te parezcan más importantes y expresivas.

 

III. Oratio: Ahora, tú vas a hablarle al Señor. Abre tu corazón a Dios para contarle sobre las emociones que la Palabra hace nacer en ti. Reza de manera sencilla y espontánea, mediante el fruto de las anteriores “lectio” y “meditatio”. Deja que Dios entre en el corazón y háblale en tu propio corazón. Escucha a tu corazón. Expresa sinceramente tus emociones ante Dios: ¡adora, agradece, pide!

  • Adora a Dios y agradécele por lo que es en tu vida.
  • Menciona de memoria todo lo que Dios ha hecho en la historia de tu vida.
  • Ruégale, pídele, llámale, expresa tu sufrimiento.
  • Puedes rezar así en cualquier momento, cuando quieras, durante la Eucaristía y la Liturgia de la Palabra o rezando el rosario.

 

IV. Contemplatio: Sigue ante Dios con todo tu ser. Reza mediante tu presencia. Sigue junto a Dios. La contemplación es el tiempo de un suspiro silencioso del Espíritu, del consuelo en Dios. La conversación del corazón con el corazón. Es el momento de la visitación de la Palabra.

  • - Intenta callarte y quédate sin moverte, muy atento.
  • - Ábrete a la gracia de la contemplación, o sea, está con Dios donde Él está.
  • - Sigue experimentando la expectativa y la mirada. Lo que es lo más importante, es vivir una relación profunda con Él.
  • - Intenta verte a ti, a los demás y todo lo que sucede con Sus ojos. Deja que Su gracia lo penetre todo. Conocerás la paz, cuando empieces a mirar desde la perspectiva de Dios.

 

Objetivo del retiro

Abrirse a la palabra que salva y transforma la vida es el objetivo del retiro espiritual.

Una experiencia intensa de la oración en el desierto debe ayudar al participante a apasionarse en la Palabra de Dios, a probar su sabor espiritual, así como a abrirse a sus llamadas. La oración personal debe conducir a una experiencia cada vez más profunda del poder de la Palabra de Dios que desea cambiar toda la historia de la vida del participante: su pasado, su presente y su futuro. El camino del retiro dirige hacia el descubrimiento y la experiencia del poder de la Palabra de Dios y del Espíritu que actúa en ella, pues, él solo es capaz de llevar al participante hasta la plena verdad de la vida. La Palabra de Dios sabe llegar hasta los más profundos y los más secretos sitios del corazón, juzgar sus deseos y pensamientos. “Lectio divina” conduce a una experiencia particular de la fertilidad de la Palabra divina que hace nacer una vida nueva en un ser humano. La palabra de Dios lo purifica, lo cura y lo salva “aquí y ahora”. Es capaz de penetrar en cada historia de la vida humana, por muy herida que esté, de curarla y santificarla. Santa María, la santa patrona y el ejemplo para los que siguen el camino del retiro espiritual, escucha la Palabra, la cuida y la guarda, la confronta con su vida y da a luz a la Palabra.

 

Acompañamiento espiritual durante el retiro

Quien sigue el camino de la oración por medio de la Palabra de Dios, no debería estar solo ni contar únicamente con sus propias fuerzas. Cuanto más el participante se deje penetrar por la Palabra de Dios, más intensamente debe procurar el apoyo de la parte de una persona con experiencia en los caminos de la vida espiritual. Cada participante es conducido de manera individual por un director espiritual que le ayuda a vivir personalmente y a reconocer los desafíos de la Palabra de Dios. Ella se dirige a cada uno separadamente de manera exclusiva. La dinámica del retiro toma en consideración este carácter único y exclusivo, así como el ritmo y el nivel de la intimidad que cada uno tiene en sus relaciones con la Palabra de Dios. El director espiritual acompaña al participante en el proceso del reconocimiento individual, de la recepción de la Palabra de Dios. Le ayuda también a dar una respuesta a la Palabra con toda su vida. Acompañando al participante, el director espiritual reza y escucha las llamadas y las conmociones que vienen de la Palabra. Eso adquiere una importancia mayor en los momentos delicados en los que el participante experimenta, al rezar, una confrontación de la Palabra de Dios con su vida, cuando la Palabra confirma y fortalece lo que es bueno y cuando introduce en una crisis y purifica de la tentación de seguir sus propios caminos en vez de los de la Palabra de Dios.

 

Condiciones de la participación en el retiro espiritual

  1. Un deseo personal y la decisión de seguir un retiro de ocho días, vivido en un ambiente de aislamiento y de pleno silencio.
  2. Una experiencia de la lectura orante adquirida anteriormente durante una formación personal. El Curso de la Lectura Orante de la Palabra de Dios organizado regularmente por el Centro de Formación Espiritual en Cracovia, así como la práctica cotidiana de la lectura orante basada, entre otras, en el “Cuaderno del Ejercicio Espiritual” editado por el centro se proponen cómo maneras posibles de la preparación al retiro.
  3. La capacidad de auto-observarse, el deseo de expresarle al director espiritual sus sentimientos, emociones, tensiones internas, así como de todas las dificultades que puedan surgir durante una oración personal mediante la Palabra de Dios.

P. Krzysztof Wons SDS

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Beato Francisco Jordán

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