Esta mañana, el P. Milton guió a los participantes por una mañana de reflexión sobre el rol de San Juan el Bautista como modelo de nuestra identidad y del carisma salvatoriano. Particularmente un salvatoriano no es el Mesías, sino una voz, con la que proclama la salvación. En otras palabras: “… nuestra identidad (consiste) en dar a conocer en todas las situaciones, en todo tipo de ocasiones, que Dios ha venido a salvar a todos, sin excluir a nadie, en Jesucristo.” Esto requiere que tengamos una experiencia personal de salvación, que surge de una relación íntima con Jesús que crezca por nuestra meditación diaria y la oración con y la proclamación del Evangelio.
Durante las sesiones de la tarde, el P. Agustín Van Baelen, el Secretario General de Misiones, relacionó esta noción con el llamado del Fundador y la expansión de la Misión Salvatoriana por el mundo.